El viernes pasado pudo verse a la Intendenta local en el acto que realizo Máximo Kirchner en la ciudad de La Plata. Es que Mariel Fernández está llegando al final del camino en Moreno (no podrá ser reelegida), y se encuentra en la encrucijada de leer con anticipación en qué lado de la bolsa de gatos del peronismo (Antonio Cafiero), va a caer.
Como toda una buena peronista, es del Movimiento Evita, peronista, kirchnerista o comunista, según le conviene. Hace más de 2 años que intenta despegarse de Emilio Pérsico (muy complicado por causas graves de corrupción), y coquetea según su utilidad con el gobernador Axel Kicillof, que lo recibe para realizar pseudoinauguraciones de obra pública y más tarde refuerza su acuerdo con Máximo Kirchner, logrado a partir del encabezamiento de la lista de 2023, por parte del tosco y vulgar actual ministro de Trabajo provincial, Walter Correa.
Mariel Fernández, imbuida por el espíritu de María Eva Duarte, sueña con ser gobernadora, y ese lugar lo puede llegar a encontrar en cualquier de las dos facciones hoy enfrentadas (La Cámpora/Axel Kicillof), pero aun no toma riesgo, va a la ruleta rusa del peronismo, y le juega a color; justo en el medio de una gran diáspora de intendentes del conurbano que mira con nostalgia la vuelta a las fuentes del justicialismo; con la provincia de Córdoba como norte.