Mientas aún resuenan las sirenas de móviles policiales, Moreno amanece desolado y con la mínima actividad del que tiene obligaciones laborales y debe llevar a sus chicos al colegio.

Una vez más, como en 1989 y 2001, el epicentro de los saqueos fue esta ciudad maltrecha, desde Mariano West hasta la fecha. El coctel explosivo provocada por la alquimia peronista, se tomó una década más para estallar, pero la demora originó que fuera en sus propias manos.

La clara señal del cambio de época, se hace patente hasta para los más dormidos, estamos asistiendo como testigos vivos a la retirada del Kirchnerismo, que en su huida desesperada se está llevando puesto al peronismo.

De la veintena de comercios intrusados, solo unos 8 realizaron la denuncia correspondiente. Los graves incidentes de la noche del 22 de agosto, dejaron como saldo 12 detenidos sin tener que lamentar víctimas fatales.

El inconsciente colectivo de la sociedad morenense debe auto interpelarse si pretende seguir viviendo de esta manera, o intentar dejarles a las generaciones siguientes, una ciudad mas habitable.