Con el objetivo de "propagandear", el escuálido Gobierno de Mariel Fernández, se anunció a fines del mes de agosto, un plan más. En este caso, "Moreno lee y escribe", destinado (según ellos) a chicos de cuarto, quinto y sexto grado de nivel primario para fortalecer la lectura y escritura.

La primera reflexión que subyace es que: a confesión de partes, relevo de prueba, ya que el sistema público de educación está reconociendo en forma tácita que desde la última reforma impulsada en el periodo duhaldista, con Adriana Puiggros como punta de lanza, continuando con Daniel Filmus y, concluyendo, con Alberto Silleoni y su actitud laxa con la enseñanza secundaria.

En momentos que el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), comienza a introducirse en el sistema Fontan (en alusión al pedagogo e investigador Julio Fontan), que se impone de poco en por lo menos cinco países, aquí en el Conurbano bonaerense los mantienen recibiendo cajitas con alimentos no perecederos, como forma de combatir la alta deserción.

La iniciativa implementada por algunos municipios del conurbano, tiene epicentro en la provincia de Buenos Aires, y tiene como único objetivo tratar de tapar los agujeros del sistema público, plagado de militantes sindicalizados con altos índices de licencias médicas.

Para tal objetivo la secretaria de Educación de Moreno, redireccionó hasta allí a mas militantes que quedaron varados en medio de la limpieza de planes que realizo el Gobierno nacional.

A los mismos se les prometió una certificación oficial desde la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y viáticos para traslado, sin salario alguno: ninguna de las cosas se ha efectivizado aún.

Para la implementación, llevada a cabo los días sábados de 9 a 12 el Municipio puso a disposición 120 centros entre los que se encuentran centros de militancia irregulares del Movimiento Evita, comedores, merenderos y capillas afines y algunos pocos colegios.

Consultados a algunos de los mil alfabetizadores, anunciados por el Gobierno local, se pudo constatar que "no viene nadie" o casi nadie registrándose una cápita de entre tres y cero, tal vez tendrían que pensar en implementar una olla popular al fin de jornada a modo de acrecentar la concurrencia.

Un apartado especial para el Consejo Escolar, dejado una vez mas de lado, la comprobación empírica que deben ser cerrados en lo inmediato.