Tristeza

La quinta en la que vivió Diego Maradona se convirtió en un depósito de chatarra

Si bien en una parte funciona la Escuela de Policía, otro espacio verde del terreno está lleno de móviles judicializados y que están siendo compactados por decisión del Municipio.
Si bien en una parte funciona la Escuela de Policía, otro espacio verde del terreno está lleno de móviles judicializados y que están siendo compactados por decisión del Municipio.

Un grupo de vecinos de la localidad de Trujui, en Moreno, pide que se ponga punto final a lo que consideran como un “envenenamiento” que están sufriendo de parte de las autoridades locales, que decidieron trasladar a una parte de lo que fue la quinta del astro Diego Armando Maradona un depósito de autos judicializados que se convierten en chatarra, sin ningún tipo de cuidado en el procedimiento de compactación.

Ese predio fue adquirido en 2012, durante la gobernación de Daniel Scioli, por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, que decidió la instalación allí de la Escuela de Formación Policial Juan Vucetich en una parte y la otra quedó como parte del espacio, pero sin destino.

Es por eso que, en la parte del terreno en que estaba la pileta olímpica, los vestuarios y un amplio verde al aire libre, el Municipio tomó la decisión en 2021 de llevar allí los autos en desuso para triturar sus partes.

Al momento de la transacción, el ídolo había manifestado que, como ese inmueble “tiene para mí un valor sentimental difícil de transformar el valor económico sería un gran honor que la casa donde viví y desarrollé gran parte de mi carrera futbolística forme parte de la provincia en la que nací”.

“De ese modo, sabría usted darle a la misma el destino que mejor convenga a los interesas del Pueblo”, fue la reflexión de Maradona cuando vendió la quinta.

El terreno en cuestión está sobre la calle Triunvirato, entre Plus Ultra y Díaz Vélez, en el corazón de Trujui. Gastón Soria y Margarita Ozcoidi, integrantes del grupo vecinal que se opone a lo que sucede en el predio, coincidieron en señalar que, si bien mantienen un buen diálogo con la intendente Mariel Fernández y con el Concejo Deliberante, la actitud del Municipio fue “sin consenso” con la población del lugar hace casi cuatro años.

“Esto lastima a los vecinos en nuestra salud. Estamos siendo envenenados. El barrio no está preparado para tener un depósito de chatarra de esa magnitud”, contó Soria en diálogo con Adrián Noriega y Norman Díaz en el programa periodístico Primer Plano por el canal Somos, de Flow. “Esto agravó la situación ambiental del barrio”, agregó Ozcoidi, que además es antropóloga.

Si bien narraron que el martes pasado fue retirada gran parte de la chatarra que se compactó en el predio, en coincidencia con la presencia de la comisión vecinal en el programa, lo que hicieron en el lugar fue tirar un relleno de tierra para tapar los residuos que quedaron del procedimiento realizado. “No tenemos estudios, pero cuando leemos sobre la forma de compactación no fue la que se usó en el lugar”, aseguró Gastón.

Además, indicaron que la promesa que habían recibido del Municipio era retirar los vehículos de allí pero cuando eran autos todavía, no la chatarra en la que se convirtieron. “Vivimos en un barrio pobre, no tenemos agua corriente, gas natural e infraestructura. Y en las lluvias pasadas, que fueron fuertes, hubo una inundación y el agua entró a las casas unos 20 centímetros. Y quedaron marcados aceites que provenían de la quinta”, describió Soria.

Ozcoidi, por su parte, concluyó: “los móviles son residuos. Y desde el momento que se asentaron dentro de ese predio lo arruinaron. Contaminan el suelo, el aire, y muy probablemente se hizo con la batería y los aceites en los vehículos, lo que empeoró la cosa”.

La comisión vecinal, asimismo, lamenta que el Municipio no haya tomado la iniciativa de apuntalar la quinta como un lugar histórico vinculado al astro, como ocurre con tantos otros espacios que fueron utilizados por él.

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