El Evitismo, tal como estaba previsto, decidió anclar la campaña a la supuesta obra realizada en estos cuatro años. “Nunca se hizo tanto”, se dispara desde la contaminación visual infringida al transeúnte de Moreno.
Millones de pesos de las arcas bonaerenses, secuestrada por Kicillof y sus secuaces, se han volcado a las calles, inundando los sentidos del morenense, que apenas baja del tren o colectivo, dispara raudo a su próximo destino, atravesando la plaza central con la cabeza gacha.
El centro se ha convertido en una romería inclasificable, el bombardeo aéreo, sumado a la infantería de planeros del “potenciar” a 8000 pesos el día, patrullan amplias zonas de la localidad boleta en mano.
No hace falta ser muy instruido para darse cuenta, que la plata de los impuestos, a la cual todos contribuimos a recaudar, se “lava” en afiches, y propaganda de la más vulgar. El oficialismo ha llegado al escrutinio con las arcas semivacías, producto del “ahorro”, para sí que suele hacer el movimiento piquetero, sin la “mano” de la provincia de Buenos Aires; hubiera sido imposible.
Gran parte del presupuesto, se ha destinado a la contratación de todo tipo de remises y colectivos, saben sobremanera que como nunca, se debe llevar a la gente a votar y para la tarea no han dejado ni un auto libre para esa jornada.
En lo que respecta a la fiscalización, ya se les ha avisado a los cooperativistas que deberán hacerse presentes ese día para “controlar” la elección, sin paga para la tarea, pero con una abundante vianda; como sucedió en 2021. Solo necesitan el 10 por ciento del ejército de caídos del sistema, calculados en 15.000 almas.
Vamos a los números
Si el 13 de agosto, no fallan los pronósticos del oficialismo, usted debería encontrarse con 4 boletas “azul y blanco” con el sellito de “UP” en el cuarto oscuro. Tres de ellas mostrarán la cara de Sergio Massa, la restante la de Juan Grabois; el resto del cartapacio de 8 cuerpos y 92 centímetros serán idénticos, salvo en la categoría a Intendente (última sección de la boleta).
Dos llevaran de candidato a Mariel Fernández, una a Damián Contreras y la última a un tal Balan, colocado allí hábilmente para contrarrestar el voto de izquierda que pueda arrastrar Grabois.
Si ese bendito día el votante “peronista” decidiera tomar la primera que aparece en la mesa, ordenada de izquierda a derecha por el número de lista, el favorecido seria Damián Contreras y sería la única chance del “negro”, para hacerse de la interna.
Ya sucedió en 2021 y la confusión de colores le otorgó al Damián Naya, la posibilidad de ser concejal y meterse en la lista final de Juntos por el Cambio en aquella oportunidad.