La intendente de Moreno, Mariel Fernández, volvió a demostrar que su prioridad no está en resolver los problemas cotidianos del distrito sino en proyectarse políticamente. En una entrevista, anunció su deseo de ser gobernadora en 2027, aunque evitó cualquier autocrítica sobre la crisis social y económica que atraviesa su municipio.

Mientras los barrios de Moreno siguen con calles rotas, basurales y falta de obras básicas, Fernández dedicó buena parte del reportaje a hablar de internas partidarias y de su “modelo popular”. “Yo me animo a todo”, dijo con tono triunfalista, pese a que en las últimas elecciones el peronismo perdió terreno incluso en sus bastiones históricos.

La referente del Movimiento Evita, que ya adelantó que dejará la intendencia porque no hay re-reelección, dejó claro que su hermano Emmanuel podría sucederla. Nepotismo y una suerte de dinastía familiar disfrazada de trasvasamiento generacional, en un municipio con altos índices de pobreza y desempleo.

Mientras el PJ bonaerense intenta reorganizarse tras el fracaso electoral, Fernández busca posicionarse como figura provincial en medio de la disputa entre Axel Kicillof y La Cámpora. Su ambición no sorprende: ya había sido tentada para cargos nacionales sin haber logrado resultados visibles en su distrito.